El jengibre, cuyo nombre científico es Zingiber officinale, es una de las plantas medicinales más antiguas y versátiles del mundo. Originaria del sudeste asiático, su raíz se utiliza tradicionalmente por sus efectos antiinflamatorios, digestivos, analgésicos y estimulantes del sistema inmunológico. Es ampliamente valorado tanto en la medicina ayurvédica como en la occidental.
El jengibre contiene gingeroles, shogaoles, aceites esenciales y compuestos antioxidantes que le confieren propiedades terapéuticas muy efectivas:
La raíz de jengibre puede usarse fresca, seca, en polvo o en extracto:
El jengibre es seguro para la mayoría de las personas cuando se usa con moderación. Puede causar acidez en personas sensibles. No se recomienda en grandes dosis en personas con úlceras, cálculos biliares o bajo tratamiento anticoagulante. Durante el embarazo debe utilizarse en dosis controladas.
El jengibre es una raíz medicinal de amplio espectro, ideal para mejorar la digestión, reducir la inflamación, combatir náuseas y fortalecer el sistema inmune. Su uso cotidiano en infusiones, alimentos o suplementos lo convierte en un recurso natural altamente eficaz y accesible.