El espino blanco, cuyo nombre científico es Crataegus monogyna, es una planta medicinal ampliamente utilizada en la fitoterapia europea y tradicional. Es conocido por sus efectos cardiotónicos, reguladores de la presión arterial y calmantes del sistema nervioso. Su uso está especialmente indicado para mejorar la función cardíaca, tratar arritmias leves, hipertensión y aliviar la ansiedad.
Gracias a su contenido en flavonoides (como la vitexina), proantocianidinas y ácidos fenólicos, el espino blanco ofrece diversas propiedades terapéuticas:
Se utilizan principalmente las flores y hojas del espino blanco, aunque en algunos preparados también se emplean los frutos:
El espino blanco es bien tolerado, incluso en tratamientos prolongados. Sin embargo, debe usarse con precaución si se están tomando medicamentos para el corazón o la presión arterial, y siempre bajo supervisión médica. No se recomienda en embarazo ni lactancia sin control profesional.
El espino blanco es una planta de acción suave y efectiva para fortalecer el corazón, regular la presión arterial y calmar el sistema nervioso. Su uso tradicional y respaldo científico lo convierten en un aliado natural valioso para personas que buscan cuidar su salud cardiovascular y emocional de forma segura y natural.