La caléndula, cuyo nombre científico es Calendula officinalis, es una planta medicinal reconocida por sus múltiples aplicaciones en la medicina natural y en la cosmética terapéutica. Utilizada desde la antigüedad, sus flores de color anaranjado poseen propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, antisépticas y calmantes, siendo especialmente valorada para tratar afecciones cutáneas, heridas, quemaduras y trastornos digestivos leves.
Gracias a su alto contenido en flavonoides, triterpenos, aceites esenciales y carotenoides, la caléndula ofrece las siguientes propiedades:
Las flores de caléndula se emplean de diversas maneras en medicina natural:
La caléndula es una planta segura para uso externo e interno en dosis moderadas. Se debe evitar en personas con alergia a plantas de la familia Asteraceae (como manzanilla o árnica). En caso de embarazo o lactancia, es preferible consultar al profesional de salud antes de utilizarla de forma interna.
La caléndula es una planta medicinal de gran valor terapéutico, especialmente apreciada por su capacidad regeneradora, antiinflamatoria y protectora de la piel. Su uso tradicional sigue vigente gracias a su eficacia, suavidad y seguridad, convirtiéndola en una de las flores curativas más importantes de la herbolaria natural.