El anís, conocido científicamente como Pimpinella anisum, es una planta medicinal ampliamente usada en la fitoterapia tradicional por sus efectos beneficiosos sobre el sistema digestivo y respiratorio. Sus semillas, con un sabor dulce y aromático, contienen aceites esenciales con propiedades terapéuticas que alivian trastornos intestinales y calman las vías respiratorias.
El principio activo más importante del anís es el anetol, que le confiere su característico aroma y gran parte de sus efectos medicinales. Entre sus propiedades más conocidas se encuentran:
El anís se emplea principalmente en forma de infusión, aunque también puede encontrarse en tinturas, extractos líquidos o mezclado con otras plantas carminativas:
El anís es generalmente seguro en dosis moderadas. No se recomienda el uso excesivo de aceites esenciales concentrados, ya que pueden causar efectos adversos. No debe confundirse con el anís estrellado japonés (Illicium anisatum), que es tóxico. Su uso debe ser moderado durante el embarazo y en personas con trastornos hormonales.
El anís es una planta medicinal muy valorada por su acción digestiva, calmante y expectorante. Su eficacia para aliviar molestias gastrointestinales y respiratorias lo convierte en un recurso seguro, accesible y versátil dentro de la medicina natural, especialmente recomendado para niños y adultos con molestias leves.