La angélica, conocida científicamente como Angelica archangelica, es una planta medicinal de origen europeo que ha sido utilizada desde la Edad Media como tónico general y remedio natural. Sus raíces, tallos y semillas contienen aceites esenciales con efectos benéficos sobre el aparato digestivo, respiratorio y sistema nervioso. Además, posee propiedades antiespasmódicas, carminativas y expectorantes.
La angélica destaca por sus efectos equilibrantes y protectores en distintas funciones del organismo. Sus usos terapéuticos más comunes incluyen:
La parte más empleada de la planta es la raíz, aunque también se utilizan las semillas. Se consume principalmente en forma de:
No se recomienda el uso prolongado ni en grandes dosis. Evitar su consumo durante el embarazo y en personas con úlceras gástricas. La angélica puede aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar (fotosensibilización), por lo que debe evitarse la exposición intensa al sol tras su consumo.
La angélica es una planta con alto valor terapéutico gracias a sus propiedades digestivas, respiratorias y calmantes. Su efecto equilibrante la convierte en una aliada de gran utilidad para quienes buscan mejorar su bienestar de forma natural y tradicional, mediante el uso consciente de las plantas medicinales.